Tenían una cita por san Valentín. Todo estaba pensado: paseo romántico, candado en el puente del amor, cena con velitas y ritual ardiente de pasión con esencias y pétalos de rosas.
No es que fuesen de celebrar este día comercial, pero sólo porque la propuesta provino de él, que no era nada detallista en estas cosas, le hizo mucha ilusión. Laura aceptó encantada.
Alucinó justo en el momento en que él propuso que a esta celebración íntima se uniera Valentina.
- Es una amiga, acaba de romper –dijo.
- Nosotros también –gruñó Laura, mientras se alejaba.
Ellos siguieron festejando indiferentes.
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