OTRO VIAJE A LA SEMILLA
A la memoria de Ronnie James Dio
Yo buscaba otro lugar, un lugar adecuado
a los declives del hombre,
donde poder renacerme
como la rama injertada al tallo,
pero todo hombre lleva,
en su naturaleza,
el lugar de origen, es decir,
una bolsa de actos y dobleces
presta a romperse y hacer metástasis
en cualquier momento.
He abierto mis manos y he dejado de comer
debido a mi estómago roto.
Mis manos han tomado el color
y los pliegues de un bisonte que agoniza
cuando el sol cae y chisporrotea
sobre el teflón de la tarde.
Mi estómago es una mujer despechada
que tira la comida sobre las losas,
incluso sobre la cara de Dan.
Siento la muerte cómo filtra
entre el ácido y la náusea para surtir
mis sueños de flores negras.
Entonces tú pasas y me saludas
en la avenida.
Sí, soy yo; Ronnie James Dio
y veo flotar tus ojos
sobre una laguna de pena ajena.
Te alejas y quedo con los brazos extendidos
como una blanca camisola
que revolotea con la fuerza del viento.
Ya tengo que regresar a casa.
Lástima que lo acontecido en el día de hoy
sea el único sustento que puedo
llevarme a la mesa.
LIBBY
A la memoria de Syd Barrett
Un sueño que se destroza
junto a mi páncreas.
Un laberinto inglés
se adhiere a mi cabeza, pero
no seré nunca otro ladrillo
en la pared.
Los cuervos cierran
el acceso a la luz y éramos estudiantes
confabulados,
pasándonos las verdades escritas
bajo el portón.
Yo sabía distinguir la sangre
en los ojos de Libby;
simulaban la hueva de un pez.
No sé si estoy en Cambridge
o Londres, pero
por alguna razón
los desenfrenos del sueño
me trajeron hasta acá.
No todos los túneles
conducen a aros luminosos.
Algo tendrá que explicarme Libby
cuando los poetas borbotean
en la sombra.
Algo tendrá que decirme esta mujer
cuando los cuervos,
como salamandras psicodélicas,
me acechan en lo más denso
del alma.
EN EL REBOSO DE LAS CAMPANAS
A la memoria de Bon Scott
No es el demonio quien revienta
los establos
donde los caballos jadean
y se largan en la noche.
Piedras incendiadas se han incrustado
en los témpanos de Forfar
y hoy crepita el magma
donde un ángel legó sus alas
antes que se exhumara el alma
de los dragones.
Las campanas del Castillo de Glamis
se ajustan a los pulmones
del sonriente Bon;
el último elegido,
el mayor de la tribu que repica
el rayo
en medio de un cielo abierto y profundo
como los cráteres de Irene.
Los duendes quiméricos drenaron
la lava del sonriente Bon;
el último elegido,
el mayor de la tribu que se desboca
junto a los caballos que jadean
y se largan en la noche
dejándonos un demonio atado
e incircunciso
en los pies del establo.
***

Adrián Cancio Padrón: Holguín, Cuba, 1973. Escritor, fotógrafo y poeta. 2do. Premio del Festival Nacional de la Radio Cubana (Sancti Spíritus, Cuba, 2001), Mención Honorífica de Poesía en el Concurso de Poesía “Alfredo Torroella” (Guanabacoa, Ciudad Habana, Cuba, 2002), Premio Nacional de Poesía Erótica “Farraluque” (Habana del Este, Cuba, 2003). Autor de los libros de poesía: Escritos para Stephanie (Edit. Por el Ojo de la Aguja, Miami, U.S.A, 2015), Island Inside (Edit. Publicaciones Albatros, Guadalajara, México, 2021), Island Outside (Edit. Abra Canarias Cultural, Islas Canarias, España, 2021) y Otra Dimensión de la Lluvia (Edit. Médanos, Miami, U.S.A, 2023). Adrián Cancio preside el Grupo Cultural Albatros desde el año 2020.
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