Ruido de ángeles. Poesía de Julio González Alonso

Ruido de ángeles
Poesía de Julio González Alonso
Por Alonso de Molina

 Julio González Alonso, poeta leonés residente en Bilbao y, desde hace muchísimos años, pasa grandes periodos en Almería, bien en interior, bien en la costa; es un empedernido enamorado del Cabo de Gata y conoce al dedillo todos sus rincones, donde suele realizar frecuentes caminatas y recorridos senderistas en los que no falta la poesía: naturaleza y poesía, o, dicho de otra manera: POESÍA EN ESTADO NATURAL.

 Julio González Alonso, es además un apasionado y experto conferenciante de la obra de Cervantes, El Quijote. Y junto a otro gran poeta y amigo, Julián Borao, es el promotor de las Noches Poéticas de Bilbao, y ha intervenido, además, en varias ocasiones en los Velorios Poéticos de Almería, ahora pausados por este asalto vírico que no sabemos ni cuando acabará ni adónde nos llevará.

Tras sus anteriores libros, LUCERNARIOS Y TESTIMONIO DE LA DESNUDEZ, a mediados del pandémico año 2020, ha publicado su tercer poemario: RUIDO DE ÁNGELES, un poemario sobrecogedor que nos remueve por dentro, nos empuja a reflexionar sobre el origen de la violencia y consigue despertar nuestro compromiso de repulsa ante los abusos y hostilidades que desde la noche de los tiempos, y con la religión casi siempre como excusa, siguen predominando en muchos lugares del planeta: Palestina, Afganistán, Irak, Yemen, Siria... Nada justifica la violencia, pero, lamentablemente, la injusticia y la desigualdad generan violencia. Violencia que se viene ejerciendo de mil maneras diferentes; RUIDO DE ÁNGELES del poeta Julio González Alonso, repulsa, sí, ante los abusos y hostilidades a todo lo que no sea igualdad, paz y solidaridad.

En los cuatro capítulos que conforman el poemario, como un artesano, el autor modela sus escritos cincelando las palabras, otorgándoles el matiz y la textura adecuada, ordena y desordena versos hasta lograr completar el puzle que conforman los poemas. Diálogo y ritmo muestran una exposición calidoscópica como un vuelo rasante entre el ayer y el hoy de la noticia, el ayer y el hoy del dolor por lo trágico (Ortuella), por los dolorosos recuerdos (las muertes inesperadas de varios poetas, entre los que se encuentran dos amigos comunes, los poetas Blanca Sandino y Ramón Ataz). Por encima de todo poeta, Julio González Alonso, tiene la cualidad de hacer del dolor poesía, y en este Ruido de ángeles que venimos leyendo despacio durante meses, hemos apreciado al poeta en su versión más intimista a través de un devenir de tiempos que han pasado por sus ojos, testigos de diversas problemáticas, a veces paradójicas y absurdos, cambios sociales, inestabilidad, y por qué no, alguna o muchas dudas existenciales que llanamente comparte con los lectores de Ruido de ángeles, en el acontecer de la celebración de sus primeros setenta años, porque el poeta es inmortal en la palabra y llegarán setentas y muchos más años en que Julio González Alonso permanecerá en sus letras con toda la crudeza de la vida y la muerte, del quehacer diario con sus momentos buenos y malos, las noticias que te alegran o te sobrecogen. No, no se trata de escribir cosas bonitas para regalar los oídos de los lectores, la poesía de Julio González Alonso, está hecha para escarbar conciencias, y nadie ha dicho que el mirar hacia dentro sea una tarea fácil, pero hay edades en que es necesario mirar hacia dentro para observar los puntos fuertes que has cultivado a lo largo de toda tu vida o dejas de mirar y languideces. La poesía es una terapia, una catarsis emocional que nos podrá ayudar a sentirnos libres y evidentemente certeros.

Por su calidad poética, Ruido de Ángeles, de Julio González alonso, ha obtenido el segundo puesto entre los 12 libros recomendados por la Asociación de Editores de Poesía; como el mismo autor comenta: “Me alegra esta buena noticia. Se publica mucha poesía (se lee menos) y es muy difícil aparecer en esta lista; ocupar el segundo lugar, por delante de autores consagrados con premios como el Adonáis, es fantástico”.

Enhorabuena querido Julio. A por más ruidos poéticos y sobre todo a por más vida para tus años.