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Entrevista al escritor español Francisco Rodríguez Tejedor, por Alonso de Molina

Francisco Rodríguez Tejedor es ESCRITOR Y CINEASTA, con una amplia obra a sus espaldas. Nació en 1957 en un pueblo de La Alcarria de Guadalajara narrada por Camilo José Cela, Sacecorbo, el famoso "El Sauce Curvo", recreado en algunas de sus novelas. Estudió en el internado de la SAFA de Sigüenza, en el que ambienta alguna de sus obras y se trasladó a Madrid.

 

Se hizo Economista experto en finanzas internacionales y negocios globales, ha sido director ejecutivo de una importante multinacional financiera española, lo que le ha permitido conocer en profundidad los entresijos del mundo global y recorrerse una buena parte del mundo. Actualmente se dedica en exclusiva a la literatura y al cine.

 

Sus inicios literarios proceden del mundo de los blogs, se destapó en Eskup, del diario El País, hasta que cofundó con otros escritores el blog Relatarium que alcanzó una gran difusión. En 2011 creó el suyo propio y publicó su primera novela.

Ha publicado desde entonces 15 libros y participado, como director, productor ejecutivo, guionista o actor, en 11 obras cinematográficas.

 

PERFIL PERSONAL
A bote pronto respuestas breves y concisas

¿Dónde te gustaría vivir?

Para ciudad grande, Madrid. Para escapadas, Altea y mi pueblo: El Sauce Curvo.

¿A qué personaje histórico te gustaría parecerte?

De pequeño tenía tres héroes rotundos: Viriato, David (el de Goliat) y el Gran Capitán. De mayor, he perdido interés en los héroes, cada ser humano tiene su interés.

¿Qué es para ti la libertad?

La libertad interior: ser tú mismo, despojado de complejos, tiranías, adicciones y corsés. La libertad exterior: ser afortunado de vivir en un entorno que te permita alcanzar tu libertad interior.

¿Cuál es tu libro favorito de siempre y cuál es el último que has leído?

Es una novela, no muy conocida, de Frank Yerby: El cielo está muy alto. Y, también: Si hubiéramos sabido que el amor era eso, de Francisco Umbral. El último: Cualquier parecido con la realidad, de Libertad González.

Aliviemos tensiones ¿Qué superpoderes te gustaría tener?

Dos: empatía para saber qué le preocupa a mi gente y capacidad para ayudarles.

¿Qué tres aspectos aprecias más de una persona?

Lealtad, alegría, comunicación.

¿Cómo ves tu futuro, qué sueñas?

Me veo haciendo lo que hago durante muchos años: escribir, espero que cada día mejor, y ayudar a realizar películas independientes.

¿Si fueses un animal, cuál serías?

Cualquier pájaro vistoso y cariñoso: por ejemplo, un agapornis.

¿Qué cuatro adjetivos te describen mejor?

Resistente, creativo, desorganizado y un tanto platónico o soñador.

¿Qué es lo más alocado que has hecho?

Dar una conferencia vestido de payaso.

¿De sentido del humor, qué tal andas?

Creo que no mal, pero siempre aspiro a mejorar.

¿Cuál es el recuerdo de tu infancia que tienes más vivo?

Con unos cinco años, un día que llovía mucho. Mi madre me cogió en brazos durante unos tres kilómetros para que no se me mancharan de barro unas zapatillas nuevas, lo cuento en mi libro: Memorias del Sauce Curvo.

¿Qué 3 artistas (¿pueden ser músicos, poetas, escritores, artistas plásticos... son las que más te inspiran?

Escritores: Francisco Umbral, Camilo José Cela y Bécquer.

Músicos: John Lennon.

¿Te consideras una persona supersticiosa?

Creo en la capacidad anticipatoria de los sueños, cuando estás durmiendo.

¿Eres una persona abierta a los cambios?

Lucho porque la edad no me corte las alas.

Si no trabajaras en lo que trabajas actualmente, ¿a qué te hubiera gustado dedicarte?

Me hubiera gustado dedicarme a lo que me dedico ahora (literatura y cine), pero desde treinta años antes.

¿Cuál es el primer recuerdo que tienes en tu vida?

De mi madre lavando en un riachuelo en El Sauce Curvo, un día de primavera, y yo, mirándola, rodeado de hierba muy verde y margaritas.

¿Prefieres ser el jefe o recibir órdenes y ejecutarlas?

A medida que he ido creciendo y acumulando experiencia, ser el jefe, o, mejor, el líder.

¿Cuál sería un buen regalo para ti?

Un viaje a un sitio lejano y desconocido por mí.

¿Es la reputación importante, para ti?

Sí. No soy hombre que necesite del aplauso de grandes mayorías, pero sí de la minoría que me interesa.

¿En narrativa, prefieres las historias cortas y simples o los argumentos enrevesados y complejos?

Me da igual. Lo importante es la autenticidad que desprendan, que te hagan vivir otra vida.

Finales del año 2023

¿Estamos viviendo un buen momento para literatura?

La gente lee más que nunca: noticias, whatsapps, redes sociales. Pero, la literatura de verdad sigue siendo tan minoritaria como lo ha sido siempre.

¿Cómo logras enfrentarte a la hoja en blanco?

Nunca he tenido ese problema. Tal vez porque no escribo al mandado de nadie. Mi reto es poner en orden y dar salida a todos los proyectos que acuden a mi mente.

¿Escribir es un don, un aprendizaje, un esfuerzo mental…?

Todo junto. Pero, lo definitivo es sentirse escritor. Para mí es un destino, se nace, o no, para ello.

Descríbete en una sola frase corta

Me gustaría ser como una flor al lado de un camino, que alegra, por un momento, la vista de los que por allí pasan.

 

 

ENSAYO SOBRE SÍ MISMO

 

En mi primera novela, “El día que fuimos dioses”, hablo de lo que es ser escritor, el escritor que yo llevo dentro:

 

 

 

       Al escritor nadie le dice cuándo tiene que escribir, y, mucho menos, lo que tiene que escribir. Las cosas que tiene que decir ya las dirá cuando llegue su tiempo, porque el tiempo es el mejor amigo del escritor.

 

El tiempo va cincelando lenta, pero concienzudamente, los personajes que el escritor se inventa. Aunque él no lo sabe, son los trozos de su alma rota, que él se esfuerza en zurcir, sin remedio, aunque tal vez con esperanza.

 

Cuando el escritor coge su pluma, ya nada ni nadie podrá detenerlo jamás. Es su destino el que lo llama de una forma inapelable e inexorable.

 

 A lo mejor, es que ya tiene su alma repleta de amargura, o de serenidad, o, tal vez, de ansiedad y locura, de gozo y bienestar profundos, pero, en cualquier caso, a ese potrillo que le ha crecido en su interior ya no lo puede sujetar más y mucho menos domar. ¿No oyes desde fuera sus relinchos?

 

El escritor abre entonces la puerta del establo, o eso cree él al menos, y sale afuera el caballo alazán, que ya no potrillo. Sale trotando, alegre, a pisar las flores de la pradera y a dormir libre bajo la luna, a pastar la hierba fresca y tierna de las umbrías, y a montar las grupas agrestes y cálidas de las yeguas.

 

El escritor lo ve marchar entonces, tal vez con el corazón henchido de gran orgullo o, tal vez, con la nostalgia de la irreparable pérdida. No es verdad, no es verdad. Solo es pura ilusión o, quizá, la dulce inocencia. ¿No lo ves acaso tú, cómplice lector, de jinete en su montura, con las riendas rotas y perdiéndose en el horizonte de la colina?

 

        Porque el destino del escritor es ofrecer su verdad al mundo, relinchar libre y desnudo en la pradera. Hasta que un día lo mate el rayo, o lo descabalgue el miedo, la muerte lenta o la locura. Pero aún quedará entonces el eco de su voz, que retumbará por entre los personajes que todavía le sobrevivan. Aún quedarán, en la hierba, esas gotas de rocío, ese hilillo de sangre que conduce hasta donde él abreva.”.

 

 

Si esto es demasiado extenso, en mi novela “Regreso al Sauce Curvo”, escribo: Yo había descubierto que la literatura era otra forma de comunicación, como lo es todo el arte. Y una de las necesidades básicas del hombre es hablar, comunicarse con otros. Lo que le hace distinto al escritor de los demás, es que puede ser un mal comunicador oral, lo cual es frecuente, pero uno magnífico a través de la palabra escrita.

 

        El escritor ha de tener un mundo interior rico, un almacén de experiencias, una visión personal y distinta de la que tienen los que le rodean. Por ello, el escritor suele comunicarse mal cuando habla con los demás, porque están en mundos diferentes. El mundo de las palabras habladas suele ser superficial y falto de transparencia.

 

        Pero, cuando el escritor agarra su pluma, es su alma, libre y valiente, la que habla. No con palabras comunes y gastadas, sino palpitando su verdad. Un buen lector lo apreciará, como aprecia un buen vino cuando lo prueba.

 

 

BIBLIOGRAFÍA LIBROS PUBLICADOS

OBRA LITERARIA: todas ellas en Amazon y además en la editorial Alhulia donde se menciona.

Novelas:

Literatura y ficción: Regreso al Sauce Curvo, Lejos del Sauce Curvo, Memorias del Sauce Curvo (Ed. Alhulia), El donante, El día que fuimos dioses (Ed. Alhulia).

Thrillers (suspense e intriga): El cazador de la Patagonia, El astrónomo, Cinco estremecimientos, El claxon.

Novela sobre el mundo de los negocios: Soñadores (Ed. Alhulia).

Ensayo, reflexión y autoayuda: Mil palabras para la felicidad, Mil palabras para el optimismo.

Poesía y prosa poética: Los mejores 101 momentos de amor y de desamor. (Ed Alhulia y Ed. Audible en audiolibro), Poesía vida mía (antología). Treinta y cinco gramos de oro.

Link Amazon para todas las obras: https://shorturl.at/t4q9Z.

Link Editorial Alhulia: https://www.alhulia.es/es/author-book/francisco-rodriguez-tejedor/

Librerías: Una buena parte de la obra está disponible en la red de librerías “Todos tus libros”: https://www.todostuslibros.com/autor/rodriguez-tejedor-francisco.

Algunos libros en el El corte inglés: https://www.elcorteingles.es/bio/francisco-rodriguez-tejedor/

Y también en La casa del libro: https://www.casadellibro.com/libros-ebooks/francisco-rodriguez-tejedor/20078968

OBRA CINEMATOGRÁFICA:

Como director y guionista: “Tiempos de soledad”, Documental (2024)

Como guionista y/o productor ejecutivo.
Largometraje: “La calle del olvido” (en postproducción, 2024), guionista.
Cortometraje: “Por fin me jubilo” (2023), guionista.
Largometraje: “Hoy es todavía” (2023), guionista.
Largometraje: “Aquí y ahora, vida”, (2022), guionista y productor ejecutivo.
Documental: “El amor se multiplica” (2022), productor ejecutivo.
Cortometraje: “Todavía sigo vivo” (2021), productor ejecutivo.
Largometraje “Victoria 20/30”, (2021), productor ejecutivo.
Documental: “Tenedores y cuchillos” (2021), productor ejecutivo.
Largometraje: “Semillas de alegría” (2019), productor ejecutivo.
Cortometraje: “Delirium”, con Lydia Bosch, (2015), productor ejecutivo
Cortometraje: “Victorita, Victorita…”, con Imanol Arias, 2013. Guionista y productor ejecutivo.

Como actor:                                                                               Largometraje “Semillas de alegría” (2019)                                    Cortometraje “Por fin me jubilo” (2023)

DISPONIBILIDAD: la gran mayoría de estas obras están disponibles en la plataforma SON PELIS: https://sonpelis.com/

 

PREMIOS – DISTINCIONES

Medalla Platino Educa de la solidaridad del Círculo de Escritores Cinematográficos de España a la película “Aquí y Ahora, vida” (2023), en la que participó como guionista y productor ejecutivo. https://cinececblog.wordpress.com/2023/01/

Premio CEPSA al Mejor relato del día organizado por el diario LA RAZÓN.

 

 

ENTREVISTA

 

 

1.          ¿cuáles son tus labores profesionales, tus aficiones… ¿cómo logras coordinar todas estas cuestionas con la literatura y qué proyectos tienes al respecto?

 

He sido director ejecutivo de una multinacional española del sector financiero, lo cual me permitió viajar a muchos países y conocer los entresijos del mundo global. En el año 2011 recibí la distinción de “Embajador del BBVA”, a raíz de la publicación de mi primera novela “El día que fuimos dios” y por mi larga carrera profesional. (https://www.youtube.com/watch?v=KFi-R2NOTyY). Una vez colmadas mis aspiraciones profesionales me prejubilé en 2013, para desarrollar mis dos grandes vocaciones: la literatura y el cine, que había aparcado durante todo el tiempo que me exigía un trabajo competitivo. Ahora me dedico en exclusiva a ellas, suelo escribir un libro y participar en un peli cada año.

 

2.          Literariamente hablando, pregunta obligada, ¿cuál es tu backgrounds, de dónde procede, desde cuándo tu afición, vocación por escribir y más concretamente por escribir novela, ¿qué referentes tienes si es que los tienes, tus primeras lecturas, si en tu familia, en tus círculos, hay o ha habido escritores?

 

Escribo desde que recuerdo: poemas, diarios, relatos, como vivencia personal. Fue un tío abuelo (Gabriel Ortiz Palafox) con una gran sensibilidad, quien desde niño más me influyó (es el tío Ezequiel de mi novela Memorias del Sauce Curvo).

 

 A raíz del año 2005, empecé a mostrarme al exterior, participando activamente en blogs literarios, donde di a conocer algunos relatos y poemas. En 2007 un grupo de escritores emergentes fundamos el blog “Relatarium”, que tuvo una gran difusión. En ese año, empecé a escribir mi primera novela, “El día que fuimos dioses”, en las salas de espera de los aeropuertos, que tardé cuatro años en concluir y que se publicó en 2011 (Ed. Alhulia) con muy buena aceptación y críticas. (Ver p.e.: https://shorturl.at/Id6E3). Y esto me animó a seguir.

 

3.          ¿Crees que la literatura tiende a simplificar lo complejo o por el contrario tiende a complicar las cosas sencillas?

 

La literatura es un arte. Y la misión del arte es comunicar desde el alma. Su belleza, pero, también, sus oscuros recovecos. Compartir con los lectores el misterio de vivir. Pero, también, entretenerlo, emocionarlo, conmoverlo, divertirlo, formarlo.

 

El artista no debe tener reglas prefijadas. Debe huir de toda imposición o influencia. Sus autores de cabecera, aquellos que le llegan más, solo deben mejorar su estilo, su capacidad literaria, pero no sustituir a su íntima verdad. No hay artista, no hay escritor, si el autor no tiene una voz propia. A partir de aquí, cabe todo. Todos los géneros, todos los estilos. Yo siempre digo que no hay géneros o estilos buenos, sino solo obras de calidad. Aquellas que, al lector, cuando las termina, le dejan ese bouquet de los vinos selectos.

 

4.          ¿En tus escritos, está implícito el compromiso con la sociedad, con nuestro tiempo, con divergencias como el sexismo, con lo políticamente correcto?

 

El escritor ha de estar implicado en las grandes cuestiones de su tiempo y aportar su visión personal sobre las mismas. Pero su pensamiento ha de ser independiente. A mí, personalmente, no me gustan los escritores, ni ningún artista en general, cuya única misión es hacer proselitismo de su militancia, bien sea, política, religiosa, moral, etc.

 

 Otra cosa, son experiencias o convicciones personales, que puede y debe mostrar, como otros aspectos de su intimidad y valores, bien directamente o a través de sus personajes, pero ha de huir del seguidismo de organizaciones de parte. Para esas cuestiones ya están otras vías, como presentarse a unas elecciones, etc.

 

5.          ¿Quién te nombra escritor? ¿Qué condiciones se deben cumplir para ser considerado escritor?

 

El escritor ha de ser un artista. Un comunicador de la parte más excelsa que tiene el ser humano, que es el arte. Al conocimiento se llega por dos vías: por la ciencia y por el arte. El arte es una intuición, la ciencia, una prueba empírica. A veces se llega antes por el arte que por la ciencia a la verdad de las cosas.

 

 El escritor ha de ser capaz de ofrecer la experiencia de otras vidas al lector, que sufre, que disfruta, que se entretiene, con ellas. Ser capaz de transmitir esto, es la esencia de un escritor. Esas vidas, aunque sean imaginadas, han de ser auténticas. No, cartón piedra. Cuando lees una buena novela, de cualquier género, o ves una buena película, captas esa transparencia, esa autenticidad que rezuman las buenas obras.

 

6.           El escritor, los escritores, son gente discreta, afable, dicharachera, egocéntrica… ¿egocéntrica? ¿Hay mucho egocentrismo entre los escritores?

 

Lo ideal es que el escritor no dependa de lo que escribe para vivir. Y es lo que ocurre habitualmente, salvo en media docena de casos, si es que llegan. Los escritores han de comunicar principalmente a través de lo que escriben. A mí, personalmente, los escritores locuaces y hasta charlatanes en televisión que opinan de todo y se convierten en unas estrellas del espectáculo, me repelen.

 

 Lo ideal sería unos escritores discretos, casi misteriosos, que hablaran solo a través de sus obras. De su verdad. Como hacen los autores clásicos de los que no sabemos prácticamente nada. Pero, también es cierto que los escritores necesitan dar a conocer sus libros. Y para ello han de mostrase ante el público lector, pero solo para hablar de ellos.

 

 El escritor solo ha de tener un objetivo: su obra. En este sentido, sí ha de ser egocéntrico o, mejor dicho, estar absorbido por su destino. Comprometido hasta la médula, contra viento y marea, con su vocación.

 

7.           ¿Está tomando la literatura un nuevo rumbo? ¿digamos con relación a los últimos premios Nobel, digamos más global, más cercano a la gente de la calle y no tanto a la gente de índole intelectual y académico? Por ejemplo, al noruego Jon Fosse, Nobel 2023, es considerado un escritor innovador por su forma de usar el lenguaje y la estructura en sus obras. Por su parte, Annie Ernaux, Nobel 2022, por su valentía y agudeza clínica al mostrar públicamente las raíces, los alejamientos y las restricciones colectivas de su propia memoria personal; o la escritora de Corea del Sur, Han Kang, en 2024, reconocida por su intensa prosa poética que confronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana. Por otro lado, y generalizando, ya no se trata de qué historia cuentes, si no de qué manera innovadora la escribas y la cuentes.

 

 

 

Los grandes temas de la humanidad siempre han sido los mismos: los sentimientos y las emociones (el amor, el dolor, la pasión, el odio, la ambición, la frustración), la familia, la nación, la humanidad, el destino humano, Dios, la vida y la muerte. El escritor ha de tener su visión personal sobre ellos y comunicarla con su estilo.

 

 Cada época tiene su estilo, y cada escritor el suyo, dentro de su época. En la nuestra, los conocimientos, la información, están en internet, por lo tanto, yo creo que, cada vez más, el factor diferencial ha de ser el estilo. Y cada vez será más necesaria la voz personal, que se aleje de los clichés de las redes y del lenguaje manido, pobre y grupal que nos invade en ellas.

 

8.          Tu secreto mejor guardado ¿cómo es tu proceso al escribir? ¿Cómo haces? ¿Qué cosas remueves hasta concretar un relato, un capítulo…? ¿cuál es la arquitectura que haces prevalecer, cómo lo construyes para que el texto escrito se articule en un todo y consiga llegar al lector?

 

 

 

Todo parte de una primera idea. De un esbozo de lo que quiero contar. Le voy dando vueltas en mi cabeza durante meses. Hasta que capto el estilo, la atmósfera que quiero transmitir, para mí esta fase es la más importante. Luego, escribo el inicio para practicar ese estilo. Y el final, para fijar el puerto donde he de arribar. Y sigo creando en mi interior.

 

Cuando tengo toda la historia y los personajes en la cabeza, la estructuro en capítulos a través de un índice y un pequeño resumen de los mismos.

 

 Escribo de un tirón, a razón de cinco folios por día, siete días a la semana. En cuarenta días tengo el primer borrador. Lo dejo reposar y luego afronto la segunda fase más importante: la corrección, la revisión, el pulido. Paso el borrador a media docena de lectores de confianza y, con sus aportaciones, medito algunos cambios finales. Y ya está.

 

9.          ¿Quién es mejor escritor, el que más vende, el que más publica, el que más escribe, el que más premios y reconocimientos recibe…?

 

A un escritor que vende mucho, siempre hay que tenerlo en cuenta. Al fin y al cabo, obtiene el favor del público. A mí, personalmente, no suelen ser los que más me gustan, muchas veces responden solo al marketing de una gran editorial, pero sí aprendo de ellos en cómo llegar a más lectores. Sobre todo, en cuestiones de estilo y estructuración de las obras. Lo mismo ocurre con los premios, dominados muchos de ellos por las grandes editoriales, donde el negocio, que también es importante y lícito, ¡ojo!, es la parte del león.

 

  A mí me impactan aquellos escritores de pensamiento independiente, que me conmueven con su voz, distinta y personal, lejos de las palabras comunes y gastadas del resto. Que pueden ser de mayorías o de minorías. Pero, siempre, auténticos y esenciales.

 

10.      ¿Es mejor narrativa la que hace reír, la que te pone triste o la que te remuerde las tripas y te invita a la reflexión?

 

Yo siempre digo, incluso lo tengo de cabecera en mi web, que no hay géneros buenos, sino obras buenas. Yo, de hecho, practico varios géneros: suspense, novela romántica e histórica, reflexión y ensayo, investigación, y poesía y prosa poética. Pero, creo que en todas ellos mantengo mi estilo.

 

El hombre transita por todos los estados de ánimo y todo engorda su espíritu, desde una obra de humor a la reflexión más profunda. Para mí, lo importante, como he dicho varias veces, es aportar tu voz personal que conmueva al lector, y le haga vivir, mientras está sentado en su sofá leyendo. Otra cosa, es que las habilidades de cada escritor se pongan más de manifiesto en un género o en otro. Eso lo vas aprendiendo tú mismo y por el diálogo con tus lectores.

 

11.      ¿Es imprescindible ser innovador en tu oficio de escritor?

 

 

 

Sí. En un sentido amplio. Es decir, más que innovador, yo diría original. Un escritor amigo se tiene prohibido leer a escritores contemporáneos que, según él, contaminan su estilo y le predisponen a no ser él mismo.

 

El escritor debe buscar en primer lugar su satisfacción personal con su obra. Que, en ella, quede reflejada su esencia, si se me permite, como en el Paño de Verónica en su famosa tela, donde quedó grabado para siempre el rostro de Jesús, lleno de sangre, sudor y de sufrimiento, camino del Gólgota. O del gozo y de la alegría que él sienta en un momento dado.

 

Eso es lo que añade valor y un plus diferencial a un buen lector.

 

12.      ¿Harto de malos escritores? ¿Todo vale a la hora de publicar?

 

Vivimos en una época donde es más fácil publicar que nunca. Cada persona quiere seguir ese mantra de: en la vida hay que plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Y como los dos primeros retos parece que hoy no se llevan, se centran en el tercero. Hay casi tantos escritores como lectores.

 

Una cosa es la experiencia personal de escribir, que yo la recomiendo a todo el mundo, y otra es ser escritor. Yo estuve escribiendo desde pequeño y solo fue, a partir de los cincuenta años, cuando me consideré con la experiencia y el bagaje suficientes para ofrecer mi obra al público lector. Ser escritor es una vocación, un destino, que nos debe infundir respeto, enjundia, compromiso, experiencia. Solo a partir de ahí debemos lanzarnos a escribir para el público.

 

13.      Los premios, ¿significan algo para la literatura, para el autor, más allá de los halagos y del monto económico?

 

En una fase inicial, yo los recomiendo. Sobre todo, los premios modestos que ofrecen pueblos no muy grandes, clubes literarios, etc., que son los más independientes y auténticos. Sirven para que el autor nobel se faje con el público y con la crítica y vaya encontrando su camino.

 

Cela decía que los premios importantes son aquellos en los que el escritor no se presenta. Y llevaba razón: ahí está el Nobel, el Cervantes, etc.

 

El reconocimiento es importante para el escritor. Pero no tiene que venir solo de los premios. Para mí, un lector anónimo que me escribe, emocionado, conmovido, o simplemente satisfecho, después de leer una de mis obras, me ofrece un premio muy valioso, que me llena de ilusión para seguir adelante.

 

14.      Parece ser la regla no escrita. Las editoriales no apuestan decididamente por autores desconocidos o de menor pelaje, está claro que si no te conocen no te compran. No obstante, Conocidísimos autores como Jane Austen, Marcel Proust, Walt Whitman… y más recientemente, Erika Leonard James, más conocida por su firma E.L. James, sí, la autora de la trilogía 50 sombras de Grey, la auto publicación por Internet fue también el primer recurso de esta autora, todos ellos se vieron obligados a financiar sus primeras obras. ¿Recomiendas a los autores la auto publicación como si de una Jane Austen o un Marcel Proust cualquiera estuviéramos hablando?

 

Es muy difícil que una editorial importante apueste por un escritor nobel, salvo que este tenga ya notoriedad: presentador de televisión, actor, estrella del papel cuché, etc. Estos escritores a mí me interesan poco.

 

Una editorial es un negocio y es comprensible que busque al menos recuperar sus gastos, muy difícil con un escritor poco conocido.

 

Las editoriales pequeñas, por otra parte, tienen poca capacidad de marketing.

 

Yo he publicado con una editorial mediana y tengo agente literario al que siempre le digo: salvo que una editorial importante apueste por mí, prefiero autopublicar. Gozas de una total libertad para diseñar tu libro, contenido, portada, marketing. Creo que hoy es la mejor vía para llegar a una editorial grande, que puede observar que tienes ya un club de lectores.

 

15.      Hoy día en que la transformación digital avanza imparablemente ¿crees que el libro digital acabará con el libro de papel?

 

Yo ya compro casi todos los libros en digital. Más que nada porque ya no tengo espacio material para seguir acumulando papel. El digital me permite leer en cualquier sitio a través del móvil y puedo acarrear decenas de libros y sumergirme en cualquiera que me apetezca.

 

Pero, creo que siempre existirá el papel. Habrá libros que nos guste oler, tocar, disfrutar de una portada sugerente. Hoy todavía es muy mayoritario el papel, pero irá perdiendo peso en el futuro a medida que los mayores de hoy desaparezcan. El reto del digital es acabar con la piratería que arruina el esfuerzo de miles de escritores.

 

16.      Todo el futuro por delante. ¿Eres consciente de que, gracias a nuestro idioma, tienes un mercado potencial de lectores que ronda los quinientos millones de personas? ¿De qué manera puedes hacer llegar tus libros a los hispanohablantes de uno y otro lado del atlántico?

 

Soy totalmente consciente. Una de las cosas que más me gusta de Amazon, es que tiene tiendas en casi todos los países del mundo. Mis libros se leen modestamente en Estados Unidos y México. Y, puntualmente, en otros países.

 

Amazon tiene herramientas de marketing para ello. Y existen clubes de lectura y grupos de aficionados a la literatura en español en Facebook y otras redes sociales. El escritor puede apoyarse en ellos para tener una presencia complementaria allende los mares.

 

A veces, el boca a boca sorprende al escritor que ve, a través de las listas, sus libros leyéndose en otros países, sin haber hecho absolutamente nada. Ello solo indica que, con un poco de esfuerzo, podrías llegar a muchos más lectores que están a miles de kilómetro de distancia.

 

17.      ¿Deseas decir o comentar algo que no te haya preguntado?

 

De recuerdo y regalo, quisiera ofrecer a los lectores de “De Sur a Sur ediciones”, mi primera obra cinematográfica, basada en una historia secundaria de mi novela “El día que fuimos dioses”, protagonizada por Imanol Arias y que estuvo nominada en una treintena de festivales nacionales e internacionales.

 

“VICTORITA, VICTORIA…”: https://www.youtube.com/watch?v=GNXpB4P4ueM

 

 

Opcionalmente, querido Francisco, te pediríamos un relato corto para nuestros lectores.


EL CIELO

 

Cuando éramos pequeños nos tumbábamos en la hierba, o en suelo de la plaza, y mirábamos el cielo. Cómo pasaban las nubes o, en el atardecer, volaban, llenos de vivacidad, los vencejos. Y, entonces, nosotros cerrábamos los ojos y, luego, después de un rato, los abríamos a ver cuánto había cambiado el mundo. Dónde estaba aquella nube regordeta, que era como una vaca con unas tetas enormes, o si el sol había doblado ya la esquina del campanario y quedaba, en aquel instante, partido en dos, sacando aquellos brillos misteriosos e incandescentes de la campana. Y del reloj de la torre.

 

Aunque no lo sabíamos entonces, debía ser ya el destino, incierto, caprichoso, imprevisible, que nos sobrevolaba a todos nosotros, diminutas hormigas indefensas y confiadas, mirando al cielo. Destino, muchas veces alegre, juguetón, risueño. O, a veces, doloroso. Como aquel día.

 

Se acercó tu primo pequeño.

 

«Terele —como así te llamábamos—, vete a casa, tu madre está muy mal».

 

 Y nosotros te observamos un momento cómo te levantabas. Y, luego, continuamos soñando con las nubes de algodón y misterio. Y con los vencejos, esos bullebulles alados, que eran tan veloces como nuestra imaginación de entonces.

 

Y, luego, todo pasó tan deprisa. Aquel sonido de campanas: ding, dong, con una pausa grande en el medio, llena de lutos, de suspiros y de lágrimas.

 

Tardaste en venir con nosotros. A tumbarte y ver el cielo. Tal vez era ya otra estación. Te pusiste a mi lado. Y me di cuenta que no cerraste nunca los ojos. Torpemente, te pregunté:

 

«¿Es que ya no confías en el cielo?».

 

 Ojalá me hubieras dicho que no. Que ya no confiabas. Solo me miraste como una chica mayor, como si estuvieras ya mucho más lejos.

 

Te fuiste como quien se aburre de un entretenimiento infantil y caduco. Y, quién sabe por qué, poco a poco, todos dejamos de jugar a aquel juego. Yo fui el último. De hecho, todavía lo hago. Y no es porque me hayan dado menos palos que al resto.

 

Simplemente, me gusta mirar el cielo. Como otros juegan a las cartas o ven la televisión. Mientras, la vida también pasa. Yo la veo mirando las nubes, o a los hijos de los hijos de los hijos de aquellos vencejos, que siguen volando tan rápido como entonces, tan lejos como mi imaginación pueda llegar.

 

 ***

Agradecemos profundamente a Francisco por su tiempo y generosidad al compartir su visión y su trayectoria con los lectores de De Sur a Sur.
 

Te invitamos a explorar sus libros, sus proyectos cinematográficos y a dejarte inspirar por sus palabras. Como él mismo ha demostrado, siempre hay un nuevo horizonte por descubrir, si tenemos el valor de mirar más allá.

 

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