Recuerdo de niña, el cielo de las noches de verano, especialmente las del mes de agosto. En esas
cálidas noches mi dulce abuela me abrazaba y me hacía mirar al cielo señalando la Vía Láctea.
“Mira corazón, ese camino de estrellas en el cielo es el Camino de Santiago, si sigues la estela iras a Santiago de Compostela” – me decía
– ¿Por dónde se va a Santiago? – preguntaba yo a mi abuela llena de curiosidad.
“Por todas partes, mi vida. Todos los camino llevan a Santiago” – respondía con su dulce voz.
En mi mente de niña quedó anclado ese proyecto. “Algún día seré peregrina e iré a Santiago”.
He crecido y en mi mochila ya hay varios caminos de Santiago recorridos, cada uno de ellos distinto, cada uno
de ellos especial, cada uno de ellos con experiencias irrepetibles e inolvidables.
Si tú, amigo lector, alguna vez te preguntaste aquello que pregunté yo de niña: ¿por dónde se
va a Santiago de Compostela?, déjame que te diga que hay varias rutas del Camino de Santiago que varían en longitud, dificultad y origen.
Cada una de estas rutas ofrece una experiencia única, cada uno con sus propios desafíos y encantos. La elección del
camino dependerá de tus motivaciones y preferencias personales. Tú eliges.
Aquí te presento algunas de las peregrinaciones más destacadas...
1. Camino Francés
Es el camino más popular y transitado. Comienza en Saint-Jean-Pied-de-Port, en Francia, y atraviesa los
Pirineos para adentrarse en España. Pasa por ciudades como Pamplona, Logroño, Burgos y León. Distancia: Aproximadamente 800 km.
2. Camino del Norte
Discurre por la costa norte de España, comenzando en Irún, en la frontera con Francia. Este camino es más
exigente debido a su terreno montañoso y clima húmedo. Distancia: Aproximadamente 820 km.
3. Camino Portugués
Parte desde Lisboa o desde Oporto en Portugal y entra en España por Galicia. Es la segunda ruta más popular.
Distancia: Desde Oporto, aproximadamente 240 km; desde Lisboa, unos 620 km.
4. Camino Primitivo
Es la ruta más antigua, utilizada por el rey Alfonso II en el siglo IX. Comienza en Oviedo y atraviesa las
montañas de Asturias y Galicia. Distancia: Aproximadamente 320 km.
5. Vía de la Plata
Parte desde Sevilla, en el sur de España, y atraviesa el país de sur a norte. Es una de las rutas más largas
y menos transitadas. Distancia: Aproximadamente 1,000 km.
6. Camino Inglés
Esta ruta comienza en Ferrol o A Coruña y es la más corta. Era utilizada principalmente por peregrinos del
norte de Europa que llegaban por mar a Galicia. Distancia: Desde Ferrol, unos 120 km; desde A Coruña, unos 70 km.
7. Camino de Finisterre-Muxía
Esta ruta se recorre tras llegar a Santiago, con destino a la costa gallega, en Finisterre o Muxía. Es el
único camino que no termina en Santiago. Distancia: Aproximadamente 90 km a Finisterre; 30 km adicionales a Muxía.
8. Camino de Madrid
Parte desde Madrid y se une con el Camino Francés en Sahagún, León. Distancia: Aproximadamente 320 km.
Se continúa hasta Santiago por el Camino Francés.
9. Camino Aragonés
Variante del Camino Francés que comienza en Somport, en los Pirineos aragoneses, y se une al Camino Francés
en Puente la Reina. Distancia: Aproximadamente 160 km. Se continúa hasta Santiago por el Camino Francés.
10. Camino Mozárabe
Parte desde las ciudades de Granada, Málaga, Almería y Jaén, y se une con la Vía de la Plata en Mérida. Distancia: Varía según el punto de inicio.
¿Pero, que es el Camino de Santiago?
El Camino de Santiago es una ruta de peregrinación que tiene como destino final la catedral de Santiago de
Compostela, en Galicia, España, donde se cree que reposan los restos del apóstol Santiago el Mayor. Este camino ha sido recorrido por peregrinos desde la Edad Media, y ha sido declarado
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Camino de Santiago no es solo una ruta física que lleva a Santiago de Compostela; es también un viaje espiritual, cultural, y
personal para quienes lo recorren. A lo largo de la historia, las motivaciones para emprender este camino han sido diversas, y aunque hoy en día han evolucionado, muchas siguen ligadas a la
tradición y la introspección.
El Camino de Santiago es una experiencia única que atrae a miles de peregrinos por diversas razones. Ya sea por fe,
búsqueda de propósito, amor por la historia y la cultura, o simplemente por el deseo de superarse, cada peregrino encuentra su propio significado en el viaje.
Quizá quieras saber algo sobre los orígenes de esta emblemática ruta.
Las peregrinaciones a Santiago de Compostela comenzaron en el siglo IX, y su origen está ligado a la figura del apóstol Santiago el Mayor y a la difusión del cristianismo en la península ibérica.
Según la tradición, el obispo Teodomiro de Iria Flavia descubrió en torno al año 813 lo que se creía eran los
restos del apóstol Santiago el Mayor en un lugar llamado "Campus Stellae" (Campo de la Estrella), que más tarde sería Compostela. Este hallazgo fue interpretado como un milagro y pronto se
difundió la noticia por todo el reino cristiano.
Posteriormente durante la Reconquista, los reyes cristianos promovieron el culto a Santiago como una forma de unificar y
fortalecer la identidad cristiana en la península frente a la presencia musulmana. Santiago se convirtió en el santo patrón de la Reconquista, y su figura fue utilizada para inspirar a los
cristianos en su lucha contra los musulmanes.
Bulas Papales: Durante la Edad Media, varios papas emitieron bulas otorgando indulgencias a los peregrinos que completaran el Camino de Santiago, lo
que incentivó aún más las peregrinaciones. Estas indulgencias ofrecían la remisión parcial o total de los pecados, lo que era un fuerte motivador para los cristianos de la época.
Con el paso del tiempo, Santiago de Compostela se convirtió en uno de los principales destinos de peregrinación de la
cristiandad, junto con Roma y Jerusalén. El Camino de Santiago atrajo a peregrinos de toda Europa, contribuyendo al intercambio cultural y religioso entre diferentes regiones.
¿Mito o realidad?
Pero, ¿es todo esto realmente como nos lo han contado? Algunos historiadores sugieren una versión
diferente.
En el siglo VIII, la península ibérica estaba dividida entre los reinos cristianos en el norte y los
territorios bajo dominio musulmán en el sur.
Existe una perspectiva crítica que sugiere que la creación y promoción del Camino de Santiago fue, en parte,
una invención o una estrategia deliberada de la Iglesia y de los monarcas cristianos para consolidar y expandir el cristianismo en la península ibérica, especialmente durante la
Reconquista.
Esta interpretación se refiere a la posibilidad de que el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago, y la promoción del Camino de Santiago como una ruta de peregrinación, estuvieran
motivados por cuestiones políticas y religiosas más que simplemente espirituales.
La autenticidad del descubrimiento de la tumba de Santiago es dudosa: No existe evidencia histórica sólida que confirme que los restos descubiertos en Compostela pertenecen realmente al apóstol Santiago. La leyenda sobre cómo los restos llegaron a Galicia es considerada por algunos como una construcción posterior.
La invención del mito de Santiago como patrón de España: La figura del apóstol Santiago conocido como Santiago Matamoros, fue presentado como un "santo guerrero" que ayudaba a los cristianos en la lucha contra los musulmanes. Esta construcción política-religiosa sirvió para legitimar la Reconquista y ayudaba a la Iglesia a justificar la contienda como una empresa sagrada.
Cuando el camino es el objetivo
Aunque la versión oficial del Camino de Santiago lo presenta como una ruta sagrada originada por un descubrimiento milagroso y
la perspectiva crítica sugiere que el camino también fue, al menos en parte, una construcción política y religiosa, este hecho no niega el significado espiritual, de introspección y búsqueda que
tiene para millones de personas.
Cada peregrino que recorre el Camino de Santiago lo hace por razones personales y únicas. Algunos lo hacen por su fe religiosa, otros porque buscan un propósito o sentido en sus vidas, algunos
tienen un interés en la historia y la cultura, y otros lo ven como un desafío personal. Cada uno encuentra su propio significado o propósito en la experiencia de hacer el camino.
Al final, lo importante no es solo llegar a Santiago, sino lo que encuentras en el camino y en ti mismo durante el viaje.
Cuando el camino es el objetivo
y las piernas la prolongación del corazón,
Santiago, Roma, Jerusalén. Qué más da!
cada cual ha de encontrar y recorrer
el camino que le lleve a uno mismo.
Diseña tu jornada, tu propio camino.
Camina solo, cuando quieras y a tu ritmo.
Descansa cuando precises.
Come cuando lo necesites.
Agradece la sombra que te regala el árbol
y el asiento que te brinda la piedra.
Desnuda tus pies mientras descansas
para conectar con la tierra.
Acepta lo que el camino te ofrece.
¡E Ultreia! ¡Buen Camino!
Libertad González
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