A favor: controlas tu obra. Sabes en tiempo real las ventas. Puedes corregir errores o realizar cambios en cualquier momento. En contra: tú estás convencido de que tu producto es muy bueno, pero, lamentablemente, sólo lo sabes tú; necesitas campaña ADS. Y todo has de hacerlo tú: revisar, corregir, maquetar, diseñar portada, promocionar... pero ¡quién dijo miedo, ánimo!