LA ENFERMEDAD INVECTIVA
Para descubrir las causas de mi experiencia disentérica en cada evento, vertieron tinta, un gran error, en la cánula del gastroscopio, los médicos patólogos, y me diagnosticaron la enfermedad invectiva,asociada al reflujo literario, que me bajaba por el esófago y me oxidaba las encías.
Cuando, como un perro cínico con collar, olfateo el olor de la mala moral o el hedor de la egolatría,no tolero al otro-mundo, víctima de una xenofobia excesiva, olvido toda forma de juego limpio, me hundo en la niebla del Berserker, furioso y negro como un zulú obligado a soportar a un afrikaner, hablo de romaní a sinti, de sinti a gitano, de gitano a rumano, de rumano a romaní... y no puedo contenerme gritando Hitler Aleikhem Shalom.
Si no te digiero, oiré «hou, hou, hou», como Leónidas en las Termópilas, identificando a los gusanos que me rodean, de ahí el aumento de mis eosinófilos, emito ácido clorhídrico en exceso y dejo de desinhibir la bomba de protones con la desesperación de Mazinger rechazado por la mujer biónica, escupiendo hectolitros de cianuro en mi cara con la habilidad de Naja nigricollis y me aburre estar condenado a hacer cualquier cosa.
Comprender el ethos de mi vida necesitada de ataraxia, el bárbaro se encuentra con el ciudadano en la chôra de la anti-'poesía', todos ustedes, nadie excluido, se verán obligados a aventurarse en grupo
en los laberínticos meandros de mi invectiva.
NO ENCAJO
No encajo, tengo un trastorno límite de la personalidad
reparto codazos como Greg «El Martillo» Valentín,
si no me aplico nunca podré aspirar al Premio Nobel
un ternero irreductible entre las vacas negras de Hegel.
No encajo, tengo un delirio esquizofrénico
odio al pueblo y mojo mi pluma en arsénico,
canto, fuera del coro, como un mitómano de Factor X
desactivando bombas y lidiando con un detector de metales.
No encajo, tengo una disposición asesina,
deambulo entre los zombis, al estilo del Rey del Pop en Thriller,
volando bajo sobre la costa cito cocientes,
obligado a empaquetar subtítulos para los no usuarios.
No encajo, tengo todo tipo de fobias,
tengo todo tipo de fobias, incluyendo mi amor por el verde, como virtuoso dendrófilo,
incendiando el mundo, difuminando el tiempo con el zoom,
me rindo a la obsolescencia de la consecutio temporum.
LA BALADA DE VILLON
La muerte tiene sus ojos de verano coloreados
baila con el ahorcado, endosa cabezas decapitadas
le cuenta al suicidio sus historias de invierno,
que la lágrima de un suicida puede extinguir el infierno.
La muerte recoge flores de huesos gastados
en cerebros goteantes y cuencas oculares agujereadas,
llora flores de nenúfar en el estómago de los ahogados,
ella, puta, frágil, adiós al celibato.
La muerte se casa con el cadáver quemado,
sigue siendo la única fuerza fuera de la lógica del mercado,
abraza al hipercapitalista, al anarquista, al indiferente,
sin darse cuenta de que no sirve para nada.
Clamamos por la vida, abolimos la muerte,
lo intentaron en masa con el apoyo del arte,
distraídos con ricos homenajes y cotillones,
abolimos la muerte y cantamos Villon.
TODO DETRÁS DE LA TELEVISIÓN
Televisión del terror, televisión del error
aquí las tiendas venden horror patrocinado desde el televisor,
la audiencia sube si un freelance con las neuronas anquilosadas
entrevista a docenas de víctimas de catástrofes en sus coches por la noche,
y si yo fuera el entrevistado, por Dios, llamaría a un policía,
o como mínimo, le daría otra patada en el culo al freelance.
Televisión de lágrimas, televisión de adicción,
utiliza la etiqueta de marca como línea divisoria
entre fragmentos de película, entre retazos de programa,
los romanos en Roma basaban la fuerza de su obligación en el patrocinador,
atribuimos al patrocinador el poder de hacer que gente inhumana decida
dar más valor a un tifón o a una masacre de niños afganos.
La televisión de la muerte, la televisión del dolor,
un estudio que deben evitar los débiles de corazón,
cada noticia de los telediarios es un terrorista
capaz de convertir a Jeffrey Dahmer en Hare Krishna,
el saludo a la isla de Giglio fue una primicia excepcional,
el único defecto de los actores improvisados era que no sabían nadar.
Esta noche, todos los que están detrás de los televisores apagados:
si os ponéis delante de ellos, corréis el riesgo de sufrir un accidente.
EPIMILLIGRAM
No debes enfadarte si a veces te nombro,
te he hecho inmortal en el «retrato anónimo».
Mi tinta graba mejor que un tazón de cicuta:
sin que nadie lo sepa, tu reputación ha evolucionada.
EL MP
Entonces en séptimo grado y ya condenado a una casa de corrección
luego mensajero para un escaño en el Montecitorio
hijo de un ama de casa y un abogado de Sorrento
se encontró por fin diputado.
Recorrió emocionado el Transatlántico de un lado a otro
en busca, al fin, de un sueldo munificente
con la esperanza de encontrar la Cicciolina en el dormitorio,
o, como mínimo, en los baños, para tirarse algo de heroína.
Lazando a una azafata con la habilidad de Buffalo Bill,
escenificando peleas simuladas a lo Bud Spencer y Terence Hill,
pasó, en tres horas, a un día sin hacer nada, y echó raíces en la sala de visitas
apoyando los decretos levantados en favor de los intereses de la boutique.
Un día la fortuna exhaló sus toques de trompeta,
la sede reconocida de la Camorra cayó víctima de una bomba
colocada por el Movimiento Anárquico de Defensa de los Desempleados
y el diputado, con una explosión, murió jodido.
LEOPOLDUS
Estoy enviando mi carta certificada a Leopoldus von Attolicus,
seguro de que en la balanza del poder él es Pompeyo o Craso y yo soy Espartaco,
esperando que la respuesta no llegue por paloma mensajera, `
mi abuelo, de la sangre de los habitantes del valle, era un gran cazador.
Pido a Leopoldus von Attolicus y a su viva y descarada ironía
barran vuestras dobles lenguas y vuestras críticas literarias, como Trajano hizo con un dacio,
sin llegar nunca a tomarse por un maestro de dicción,
Él era para mí, siempre ocultando sus maniobras de domesticación.
Hace años, intentó encerrarme en la telaraña que mató a Simone, el Gran Maestro de los modistas,
el Jep Gambardella de' noantri, y entre ellos, el paseante de Alzheimers, así como el resultado final contemporáneo de la mierda de un artista,
ahora estoy lejos de los maestros - no sufro el Andamio - un hígado amargo me ha convertido en un borracho.
Leopoldus von Attolicus, yo, descendiente de Villon, arrogante escritor,
te pido que me dediques una burla o versos ingeniosos que me embriaguen:
Mejor, sin media palabra, morir fulminado por una cirrosis hepática
que morir, lentamente, relegado a este sistema de estrellas del arte apático.
LOS GRANDES POETAS
Los dos últimos años de mi vida, con extremo aburrimiento,
han estado llenos del conocimiento de grandes 'poetas',
ninguno de ellos, por extraño que parezca, ostentando el hecho de haber nacido en un pesebre:
todos merecen una portada, blanca, de Einaudi, con la arrogancia de ser sumos sacerdotes.
Cientos de aficionados inconclusos, lejos de cualquier forma de humildad, con el lema de «je rode»
matan versos anodinos, con el veneno de la tinta, como si fueran el rey Herodes,
todos excelentes, refractarios a toda crítica, martirizados en el Monte de los Olivos,
no conciben que nuestra única salvación sea poner dos condones en sus manos,
y, anti-concepcionalmente, evitarnos a todos el mal
de presenciar un aborto cada vez.
Descubro que, según Goethe, «la ironía es el sentimiento que se libera del desapego»:
la ironía, eirôneía, madre de la distopía y el disimulo, sigue siendo la lanza de Don Quijote,
lanza en reposo contra los molinos de viento, advenimiento de la expectativa de jaque mate
contra los que agitan versos tarentinos tan sosos que nos condenan a garrotazos,
revela al ciudadano buey cómo un arruinado desesperado
vino a asesinar a un magistrado y no a una puta,
muestra al hombre de la calle cómo los versos sin neustica
son capaces de liberar el mal crónico de un mundo estreñido.
Descubro que estoy a merced de una escritura de imágenes tridimensionales
que obligará a todos los lectores a cambiar los (tres) cristales de sus gafas a 3D,
señalándome, correctamente, un antiguo mozo de almacén con americana
que dentro de trescientos años la Suecia de Tranströmer ganará la Copa del Mundo,
que estamos viviendo simultáneamente una docena de revoluciones copernicanas
sin darnos cuenta de que un milenio antes de Tranströmer llegó Alcmane.
RINO
Antes de que los críticos se den cuenta de que existo
tendré que llegar al dramático final de Rino Gaetano
sin el airbag protegiendo al conductor
sin el tiempo cogiéndome de la mano.
Golpea, golpea, golpea las teclas
Golpea fuerte, golpea de nuevo
con la aparición de afilados scullers
Que cambiarán la urdimbre tal como es ahora.
Y mientras tanto escribo, llorando lágrimas de canela
en mi corazón la mujer que mezcló mis cromosomas,
tengo que vivir en chicanes como en un hipódromo,
con el cuchillo entre los dientes repasando todos mis axiomas.
No estoy seguro de poder sobrevivir
después de tanto sufrimiento y dolor
como mucho me encontrarán muerto,
viniendo a oler mi mal olor.
EL OFICIO DEL POETA
He descubierto por qué a muchos no les gustan mis poemas
me resulta difícil hablar de la vida y de otras fantasías,
Me interesa la política, lo social, lo comunitario,
y -como diría Checco Zalone- son cosas que no le importan a nadie.
En mi lápida escribiré «[...] nació para escribir versos [...]
así estaré seguro de que se perderán todos.
Y pondré allí una copa de amargo Montenegro,
así, perdidos sí, pero no me importa.
EL EPIGRAMISTA DESCEREBRADO
Para divertirte, lector que holgazaneas en el sofá,
debo inventar sin cesar rimas de chamán,
las asonancias corazón-sol-mar no son suficientes para el epigramista feroz,
quieres retorcerme el cerebro con rimas como gong / sarong o bordeaux / trumeaux,
pero, creyendo que pones tus trece neuronas en una cámara acorazada,
recibes, inesperadamente, a cambio, un radiante «vaccagare».
EL QUE NOS ENTIENDE ES BUENO
Si no me llamara Nibbio, el que nos entiende es bueno
escribiría versos dignos del Dolce Stil Novo,
nadie se revolvería en su tumba, al estilo de Volta Gabbana,
escandalizado de que el Hada sea muy aficionada a Durlindana.
Aletto, era una furia en una película porno Eneida,
en las cumbres de Pornaso escribe versos altos,
fracasando -como los Julios- en batir metros en anapesto,
los diarios le responden: «vuelve en el 200 a.C.».
Si no me llamaras Griso, el que nos entiende es bueno
Malena Mastromarino, elegida con el Pd, actúa en Aves de Ruvo,
la lista de Forza Italia regurgita olgettine y olgettini,
Rolling Stones se jacta de que Salvini nos mandará putas.
Saviano, Edizioni Mondadori, novelista de la Mala Vita
cobra cheques en blanco con dos aleteos de lápiz,
benditos sean los comerciantes, de ellos es la república de valentuomini,
descartado bajo escolta, finge creer que es Salvemini.
El que nos entiende es bueno, en este mundo de fake news,
quizás en 2070 triunfe la cassoueûla con cuscús,
Berlusconi tendrá 30 años, el Papa será un marciano,
los romanos, con sus botes, huirán a la Ciudad del Vaticano.
Ivan Pozzoni nació en Monza en 1976. Entre 2007 y 2024 se publicaron varias colecciones de sus versos: Underground y Riserva Indiana, con A&B Editrice, Versi Introversi, Mostri, Galata morente, Carmina non dant damen, Scarti di magazzino, Qui gli Austriaci sono più severi dei Borboni, Cherchez la troïka y La malattia invettiva con Limina Mentis, Lame da rasoi, con Joker, Il Guastatore, con Cleup, Patroclo non deve morire, con deComporre Edizioni y Kolektivne NSEAE, con Divinafollia. Ha escrito/editado 150 volúmenes, redactado 1.000 ensayos, fundado un movimiento de vanguardia (NeoN-avant-gardismo) y redactado un Antimanifiesto NeoN-avant-gardista. Sus versos han sido traducidos a 25 idiomas. En 2024, tras seis años de retirada total de los estudios académicos, regresó al mundo artístico italiano y fundó la Kolektivne NSEAE (Nuova antropología socio/etno/estética). [https://kolektivnenseae.wordpress.com/].
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