EL TIEMPO PARECE A MI FAVOR
Cada letra del último año me ha costado vida,
suspiros acumulados,
pero ahora reboso lunas crecientes,
pasiones que revientan en el sur del cuerpo.
El tiempo parece a mi favor
-dirían las piedras rodantes-
te largaste en el silencio,
no sé si vives o mueres,
pero el tiempo parece a mi favor.
Soy una maldita diosa dispuesta a los abismos,
la memoria es una nube fugada,
sólo tengo este futuro de media semana,
sólo los besos de plazos inmediatos.
Puedo elegir mis caminos,
puedo derramarme una y otra vez
en la lujuria de las palabras bien puestas,
en la tormenta de versos y música,
en el poder de no perseguir nada, a nadie.
Sola yo. Y con el tiempo a mi favor.
DES-GRACIADA
Creo en las posibilidades de volver a escribir,
soy desgraciada.
No me avergüenzo por eso.
Me libera ser infeliz y solitaria.
Las puertas se derrumban cuando me despido. Ocurre.
Sí, hay días con inevitable vocación para la desdicha
donde manos invisibles trituran mis últimas posibilidades.
Sin embargo, antes de dormir pienso:
quizás si llega la luna y todo empieza de nuevo
quizás si algún portentoso imán existiera dentro de mí
para borrar esta repetida miseria de historias marchitas,
de amores que sólo fueron mala literatura
Quizás si algo fuerte y pequeño pudiera incendiarme.
CORAZÓN MULTICOLOR
Decreto la obligatoriedad de la resurrección,
de los mundos paralelos a los que tanto he apostado.
Me duelen los años y ciertas partes oxidadas
(entre el occipucio y el pulgar), sí,
detesto a los viles que agrietaron mis confianzas,
pero me puede más el amor propio,
este corazón multicolor que me despedaza y reconstruye
y sigo, cada día, sobreviviéndome a mí misma.
Y entre el dolor, la incredulidad y la brevedad del tiempo
me confieso proclive a la ruleta rusa, a los terremotos y la taquicardia.
A pesar, en contra, aún…
Arriesgo mi resto otra vez,
sé que puedo perder todo por un pedazo de historia real,
de paraíso en la tierra de quince días.
Pero arriesgo y soy bella, salvaje y estúpida.
Nadie como yo para las guerras floridas.
Nadie como yo para las señales maravillosas.
OFICINA BLANCA
Hoy sólo quiero hablarle al mundo desde esta oficina blanca
construir un fino puente que destruya a carcajadas
la omnipresencia del poder
quierovolarbailarfollar
salir corriendo de esta página blanca
hacia una esquina donde nadie me conozca
donde pueda cantar un himno púrpura
contra esta caterva de padrotes
quiero saber vivir del poco aire que me queda
porque estoy rasgada, impregnada en dolores extraños
porque se me desvanecieron los recuerdos, los futuros
y sólo espero la película en casa
el café matutino, la noche lluviosa,
esas maravillas invaluables
que me traen a mí de nuevo,
siempre de regreso a mí.
LA ESQUINA DEL MUNDO
Nos besamos en la esquina del mundo:
desapareció la muchedumbre
el semáforo, las luces nocturnas
El beso en tu boca resultó ser el pase al vuelo
una entrada al país de olas y montañas
un querer absorber el alma al otro
Los labios siguieron enlazados
era el no querer salir de ese universo intemporal
era el saber que algo descubrimos al mismo tiempo
Los besos nos llevaron a otras revelaciones
las del llamado mundo real
las del no- se- puede desde el principio
Y luego vino el cuerpo en el cuerpo
la dulce sonrisa que era saludo y despedida
tú tan al sur, yo tan al norte
y aun así, fue el baile frente al espejo
el querer devorarnos a dentelladas
el escuchar ávidamente nuestras historias
Y no me detuve en el precipicio
volé como vuelan las hermosas suicidas
con estas alas púrpuras
con esta ceguera voluntaria
Ahora sólo queda en mí
la fotografía mental de la esquina del mundo
ahí donde perdí un pedazo de espíritu
ahí donde recuperé el corazón feroz
JUANA DE ARCO
No me perdonaron ser quien soy,
los zapatos sucios,
los años de tierra, de sudor en la calle
No me perdonaron decir en voz alta
lo que se murmura en pasillos,
lo que se oculta por complacer al poder
No me perdonaron el no saber fingir,
el ser la niña que ríe ante la desnudez del emperador,
el retar a los cuatro que me tiraron al piso
No me perdonaron las palabras claras,
la falda corta, la risa permanente,
los tatuajes subversivos, el abrazo colectivo
Se me desmoronaron ciertas ilusiones, alguna certeza,
los poemas se fugaron ante el exceso de realidad.
Inventé, como siempre, cruzadas imposibles
La vida me cayó de peso esa noche de mayo,
las lágrimas fueron este dolor en el centro del cuerpo,
quise correr, crear un país para empezar de nuevo
Sola con estos leños bajo mis pies,
con este orgullo de ser fiel a mí misma en la oscuridad,
con este reloj lunar que sangra toda dicha
Gata huraña que huye de la falsa obediencia,
que llora cuando una bomba le explota el corazón,
que envenena su latido con el delirio necesario
No me perdonaron ser quien soy
y ahora sólo pido una canción para la hoguera,
para volar, para volver a amanecer
Carmen Saavedra, socióloga, poeta, activista social, funcionaria pública. En 2005 fue becaria por el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de
Hidalgo en la categoría de Creadores. Resultado de esta beca surge el poemario “Carretera Sur”. En 2007 gana el segundo lugar en la VII Feria del Zócalo en poesía. Publica en 2009 el libro
“Hormonífera” con la Editorial Torremozas de Madrid. “El club persa de los negocios raros” es su último poemario y es publicado en 2015 bajo el sello editorial El nido del fénix.
Sus poemas y cuentos han aparecido en distintas antologías de poesía y narrativa latinoamericanas. De 2011 a 2015, junto a la poeta Maya Lima y Aura Sabina,
participó en la propuesta del Cabaret Poético, expresión del espíritu transgresor y lúdico de las mujeres. De manera individual presenta el espectáculo “Poesía profética”.
Actualmente combina el quehacer poético con su actividad como funcionaria y activista de los derechos humanos de las mujeres, en el Gobierno de la Ciudad de México,
y, a su vez, con otras feministas ha fundado el Partido de la Izquierda Erótica Mexicana.
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