La soledad de los likes por Michelle González

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es muy difícil hacerse un selfi perfecto; a pesar de tener veinte años, con una piel tersa y resplandeciente, con facciones perfectas, después de unas cuantas operaciones —claro todo el mundo se opera—, porque nadie es perfecto y lo que buscamos es la belleza. Ya da igual si eras fea antes; lo importante es el ahora, y si eres guapa por las operaciones, lo de antes era un pasado que ya no importa: lo que importa es el presente y en lo que te has convertido.

 

A pesar de eso tengo que hacer cientos de fotos para dar lo mejor a mis seguidores, ellos son muy exigentes con la belleza. Por lo tanto, tengo que ser muy disciplinada con mis tratamientos, mi comida, sobre todo con el deporte: tengo que mantener el cuerpo perfecto, con unas medidas imposibles. Tuve que quitarme mis costillas flotantes para marcar una cintura de avispa.

 

Tengo mi profesora virtual de gimnasia, que me ha ayudado a tener este cuerpazo, aunque llevo implantes en el pompis, porque era totalmente plana, ahora tengo un melocotón como glúteo. Atesoro un millón de seguidores. Es muy duro mi trabajo, competir con chicas cada día más jóvenes que suben con mucha fuerza. Con dieciséis años ya se inyectan botox y tienen esas maravillosas pieles de porcelana.

 

Muestro lo mejor de mí, que es mi cara y mi físico. Para que mis followers estén contentos, trabajo muy duro, y es estresante, pues busco la mejor foto.  Subo contenido constantemente para ganar nuevos seguidores y afianzar los que tengo.
Yo no podría estar sin móvil para mí. Eso sí que sería el fin del mundo, como que me activaran la bomba atómica. Es más, no puedo pensar en ello, tengo todo el día el móvil en mis manos... Lo cierto es como si fuera una extensión de una extremidad mía.

 

No me puedo perder lo que pasa en las redes; es más fuerte que las drogas, pienso. Porque es lo que da sentido a mi vida.

 

Me encanta leer cada día lo que me dicen mis seguidores. Para ellos soy la mujer de sus sueños, no dejan de pensar en mí, se pasan todo el día mirando mis fotos. Para ellos soy una diosa en la tierra, no hay mujer que supere mi belleza, soy perfecta, sueñan en tener una novia o una mujer como yo.

 

Yo les enseño mi vida, lo que pasa en cada momento, cómo me cuido, mi día a día con cientos de fotos provocativas, a cual más sexy. Alguna vez hago algún desnudo integral, pero insinuando sin llegar a enseñar nada porque luego Instagram penaliza. Mi vida es toda online.

 

¡Mis novios son virtuales, por supuesto … tengo tantos! ¡Me encanta, porque cada día tengo uno nuevo y el sexo es maravilloso virtualmente, me gusta más! Mejor que conocer a la persona y todo ese rollo... Imagínate qué pereza que te toquen y me besen; no está hecho para mí. Prefiero que me manden fotos picantes de su miembro y ellos posando. Me gustan que estén cachas para que me manden fotos marcando brazo y cuerpazo, y que estén bien dotados, sobre todo. Claro, si no cumples estas características no puedes ser mi novio.

Si queréis que os confiese algo a mí lo que verdaderamente me excita soy yo misma. Yo me veo en el espejo y me pongo cachonda ver lo guapa que soy y el cuerpazo que tengo. Soy la mujer más bella del mundo; tengo el pelo pelirrojo, ojos verdes, nariz respingona, pómulos marcados y el pelo por la cintura con unos tirabuzones gigantes. Yo sé que soy la chica más guapa de las redes porque me lo dicen cada día. Nadie lo puede negar soy la mujer que cualquier hombre desearía.
Me humedezco sólo de verme, y, claro, no lo puedo resistir: me meto en la ducha y me comienzo a acariciar y a tocar mientras me va cayendo el agua. No puedo parar de retorcerme del placer y gemir; llego al clímax.

 

No entiendo que está pasando; estoy perdiendo seguidores, no me he engordado, peso lo mismo, mi cara está igual... ¡No entiendo nada! Será que no estoy dando lo mejor. Mis fotos ya no tienen millones de likes, mis novios virtuales me están dejando, ya no me dicen nada ni me contactan... ¿No estoy causando la misma sensación en las fotos? ¿Qué está pasando con mi vida? Se está desmoronando, yo no sé vivir sin mis seguidores. He pasado de un millón a 10.000. Ya no soy nadie, ni me quiere nadie... ¡Ya no le importo a mis followers!

 

Pican a la puerta.

 

—Hija, ¿qué te pasa, que no sales de la habitación hace semanas? Estás con la cara desencajada, estás súper delgada... ¡Estás hecha un desastre! ¡Mira cuántos platos de comida que no te has comido! Te veo muy mal, tienes unas ojeras increíbles... ¿Qué te pasa?

 

—Mis seguidores, mis seguidores...

 

—Hija, ¿qué dices? Estás delirando... tienes la mirada perdida... ¡Vamos a ir al médico! No entiendo qué te pasa... Estás totalmente ida.
—Hola, doctor... No sé lo que le pasa a mi hija... Sólo dice “mis seguidores, mis seguidores…”. Ha bajado mucho de peso, tiene la mirada perdida y le hablo y no me escucha. No atiende a lo que le digo... Sólo dice “mis seguidores... mis seguidores…”. No sé qué hacer.

 

—Tranquila, señora Diana. Dejaremos a su hija en psiquiatría en observación.

 

 

 

 Michelle Gonzalez, escritora dominicana afincada en España, siempre tubo amor por la literatura desde niña ya que amaba la lectura y la escritura, su libro de relatos “Suspiros “es una crónica social de la actualidad donde las mujeres no permiten ser relegadas por hombres, y son protagonistas absolutas de sí mismas y rompen tabúes sociales; ancianos que no se resignan a buscar la felicidad cumpliendo sus deseos más ocultos; el erotismo como motor de todo eso. Michelle también es locutora de radio, es “conocida por ser “La voz más bonita de la radio española” del programa “Levántate y Cárdenas. Ella emprende distintas disciplinas en las artes como por ejemplo la pintura donde ha expuesto en diferentes salas de la Ciudad Condal su colección de cuadros “Alma” que ha tenido un gran éxito, ya que ha salido en el libro del “Museo Europeo de arte Moderno” “como una de las artistas con su colección. Es cineasta y a estado en diferentes Festivales como Filmets, Notodofilmfest y en el de RTVE y ha representado a España en el Festival Internacional Film And Heritage en Marruecos.