Tenemos ante nosotros el primer libro en prosa, escrito por el poeta Alonso de Molina.
El escritor ha optado por el relato. Nos presenta cuarenta y cuatro relatos bien hilvanados en donde se observa la búsqueda interior de la persona, con su constante alusión a la naturaleza, al camino, las piedras, la montaña, el mar, la luz, especialmente la luz de la luna.
Alonso va desgranando en sus relatos, en base a la observación intimista; las pasiones, la belleza, las quimeras y sueños, la promesas inventadas, la lealtad, la búsqueda de la felicidad, la nostalgia, evocación de recuerdos, críticas de la banalidad de la sociedad, enigmas por descubrir, apatía en las relación intentando mantener la esperanza, críticas a las pasiones virtuales, la fantasía opuesta a la realidad diaria, los celos, la obsesión y la desconfianza, búsqueda de la inocencia perdida, del encuentro de la alegría y la gratitud.
La búsqueda de la paz interior frente al frenesí y la banalidad de la fiesta. Nos dice Alonso en su relato número veinte y dos "Hay un árbol desnudando los desiertos, un corazón sujeto con cristales y un día de navidad llenos de hartura".
En el siguiente relato nos plantea la alabanza hacia la naturaleza, que la encontramos en varios capítulos más. "Ventanas abiertas a la verdad de los sueños”.
Continua con la búsqueda de la belleza, esta vez desde la tormenta: "Vivir la vida", "ganar el tiempo para ganar la vida".
Insiste en el siguiente relato con su conexión con la naturaleza. "La naturaleza es una fuente infinita de enseñanzas y entendimiento". "Tan pronto te conozcas te harás libre". La añoranza aparece con una bella descripción del Cabo de Gata en el relato veinticinco.
Nos encontramos con una versión particular y original de Tabernas, municipio en la provincia de Almería famoso por su paisaje desértico y ser cuna del spaghetti western, en el relato veintiocho.
Se entrelazan varios relatos a continuación con temas muy esperanzadores. Se inicia con la belleza y el misterio de la noche "Belleza y soledad de la noche". "La profundidad del sufrimiento humano". "Búsqueda de certezas en la ambigüedad de la existencia". Se recupera la esperanza en el relato número cuarenta. "Elaborar nuevamente mi deseo de vivir". "Interaccionar con las personas y la naturaleza". "Crecer en sabiduría, aprendiendo de los errores".
Persiste el optimismo en el siguiente relato treinta y nueve con, a modo de consejo" para amar". Insiste el autor en la búsqueda de la paz dentro de la naturaleza y acaba con un último relato sobre el amor. "Historia de amor en una atmósfera de astros, luna y estrellas". Ambiente místico entre dos almas perdidas que se encuentran en un idílico romance.
En estos relatos se pretende plantear un recorrido en que el lector participe en ese universo ficticio del autor, que con esa primera lectura vaya haciendo una indagación íntima y personal. Sin ese encuentro directo se perdería la experiencia única, que es la relación del lector con el texto. Es una invitación al diálogo -coloquio y a la relectura.
Escritos que penetran e invitan a la reflexión, llenos de originalidad y lucidez, pero también de humor de ese mundo drolático* , "burlesco, picaresco, ocurrente".
Estos relatos, en suma, merece la pena conocerlos y dejar que te acompañen en su lectura, despertando en ti diversos sentimientos que a veces atenazan nuestra vida, tan polarizada y en momentos y circunstancias diversas, tan insustanciales que nos ha tocado vivir.
Rafael García
Presidente Foro Internacional Pensamiento y Cultura
* La palabra "drolático", usada por el prologuista, es un galicismo derivado del francés "drolatique", que significa chistoso. Se refiere a un acontecimiento gracioso por lo estrambótico o grotesco¹. Por ejemplo, podrías decir que una historia es drolática si te pone de buen humor debido a su naturaleza inusual y cómica. Es un término que se utiliza en contextos literarios para describir situaciones o personajes que son divertidos de una manera peculiar o sorprendente.
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